Los aceites vegetales son unos hidratantes excepcionales
Los aceites vegetales son extractos grasos muy preciados con gran variedad de especies botánicas a escoger con efectos terapéuticos muy interesantes para nuestra salud.
La obtención de estos aceites se realiza mediante la presión en frío del fruto o la semilla adoptando la denominación VIRGEN, ya que están exentos de uso de refinados químicos o medios físicos y son el resultado sólo, de la primera prensada en frío. De esta forma, se respetan todo el contenido de ácidos grasos esenciales, vitamina E y antioxidantes naturales y podemos garantizar la calidad de este aceite para su uso terapéutico.
Dentro de sus características particulares, los aceites vegetales comparten la propiedad de ser unos hidratantes excepcionales, debido a que su composición en ácidos grasos es similar a la estructura de nuestras células, aportando elasticidad, hidratación además de fortalecerlas. Además, en función de qué planta botánica provengan, se caracterizará por una singularidad terapéutica beneficiosa para nuestro bienestar.
Llega el momento de presentaros un conocido por la gran mayoría, el aceite vegetal de Coco de Pranarôm. Su olor cautivador nos acerca a la naturaleza tropical obtenido mediante la primera presión en frío de la pulpa del coco fresca.
El aceite vegetal de coco nutre nuestra piel
Su uso es de lo más variopinto llegando a ser utilizado hasta en la alimentación. En este caso, su recomendación va a estar dirigida al cuidado de la piel gracias a sus propiedades cosméticas. Su composición supera el 90 % en ácidos grasos saturados, los cuales aportan una hidratación extraordinaria para nuestra piel.
Destaca su acción calmante, suavizante y balsámica ideal para tratar irritaciones o la sequedad cutánea.
Su uso como cosmético natural se remonta a Filipinas, donde las mujeres llevan siglos usando este aceite vegetal como tratamiento natural para cuidar su rostro y su pelo.
Sus propiedades regeneradoras y emolientes de este fabuloso aceite lo hacen apropiado para su uso después del afeitado o para mejorar el aspecto de una piel agrietada.
Su textura es muy agradable, color blanquecino en estado sólido a una temperatura de 20⁰, pasando a estado líquido e incoloro con un simple calentamiento con las manos. A diferencia de la mayoría de los aceites vegetales, posee una fuerte resistencia ya que el aceite de coco puede aguantar años sin estropearse, si se conserva en condiciones adecuadas.